Sábado, 17 de junio, 20:00 horas.
El Cantábrico, C/Muelle de Oriente 4, Gijón.
Por clamavi
MARK STRAND
PUERTO OSCURO
[1]
VII
Oh you can make fun of the splendors of moonlight,
But what would the human heart be if it wanted
Only the dark, wanted nothing on earth
But the sea’s ink or the rock’s black shade?
On a summer night to launch yourself into the silver
Emptiness of air and look over the pale fields
At rest under the sullen stare of the moon,
And to linger in the depths of your vision and wonder
How in this whiteness what you love is past
Grief, and how in the long valley of your looking
Hope grows, and there, under the distant,
Barely perceptible fire of all the stars,
To feel yourself wake into change, as if your change
Were immense and figured into the heavens’ longing.
And yet all you want is to rise out of the shade
Of yourself into the cooling blaze of a summer night
When the moon shines and the earth itself
Is covered and silent in the stoniness of its sleep.
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VII
Ah, puedes burlarte de los esplendores de la luna,
pero ¿qué sería del corazón humano si deseara
sólo oscuridad, si no deseara nada en la tierra
salvo la tinta del mar o la sombra negra de la roca?
Lanzarte, en medio de una noche de verano, al vacío
plateado del aire y observar los campos pálidos
descansando bajo la mirada hosca de la luna,
y permanecer en las profundidades de tu visión y preguntarte
cómo en esta blancura lo que amas es pena
pasada, y cómo en el largo valle de tu mirada
crece la esperanza, y allí, bajo el fuego
distante de las estrellas, apenas perceptible,
sentirte despertar al cambio, como si tu cambio
fuera inmenso y contara en la añoranza de los cielos.
Y sin embargo todo lo que quieres es alzarte de la sombra
de ti mismo, hasta la fría llama de la noche de verano,
cuando la luna brilla y la tierra misma
está cubierta y silenciosa en las rocas de su sueño.
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X
It is dreadful cry that rises up,
Hoping to be heard, that comes to you
As you wake, so your day will be spent
In the futile correction of a distant longing.
All those voices calling from the depths of elsewhere,
From the abyss of an August night, from the misery
Of a northern winter, from a ship going down in the Baltic,
From heartache, from wherever you wish, calling to be saved.
And you have no choice but to follow their prompting,
Saving something of that sound, urging the harsh syllables
Of disaster into music. You stare out the window,
Watching the buildup of clouds, and the wind whipping
The branches of a willow, sending a rain of leaves
To the ground. How do you turn pain
Into its own memorial, how do you write it down,
Turning it into itself as witnessed
Through pleasure, so it can be known, even loved,
As it lives in what it could not be.
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X
Es un grito terrible, el que se alza
esperando ser escuchado, el que viene a ti
cuando despiertas, así que tu día pasará
en la fútil corrección de una añoranza remota.
Todas esas voces que llaman desde la profundidad de otra parte,
desde el abismo de una noche de agosto, desde la miseria
de un invierno norteño, desde un barco que se hunde en el Báltico,
desde la pena, desde donde sea, pidiendo ser salvadas.
Y no tienes más alternativa que seguir su provocación,
salvando algo de ese sonido, empujando las sílabas ásperas
del desastre a la música. Miras por la ventana,
observas cómo se amontonan las nubes y cómo el viento azota
las ramas del sauce, haciendo llover hojas
sobre la tierra. Cómo conviertes el dolor
en su propio monumento, cómo escribes,
transformándolo en sí mismo visto
a través del placer, para que pueda ser sabido, incluso amado,
mientras vive en lo que no pudo ser.
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XIV
The ship has been held in the harbor.
The promise of departure has begun to dim.
The radiance of the sea, the shining abundance
Of its blue are nevertheless undiminished.
The will of the passengers struggles to release
The creaking ship. All the want
Is one last voyage beyond the papery palms
And the shoals of melancholy, beyond the glass
And alabaster mansions strung along
The shore, beyond the siren sounds
And the grinding gears of big trucks climbing the hills,
Out into the moonlit bareness of waves,
Where watery scrawls tempt the voyager to reach down
And hold the dissolving messages in his palm.
Again and again the writing surfaces,
Shines a moment in the light, then sinks unread.
Why should the passengers want so badly
To glimpse what they shall never have?
Why are so many of them crowded at the rail,
With the ship still dozing in the harbor?
And to whom are they waving? It has been
Years since the stores in town were open,
Years since the flag was raised in the little park,
Since the cloud behind the nearby mountain moved.
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XIV
El barco está retenido en el puerto.
Ha empezado a atenuarse la promesa de partir.
El fulgor del mar, la abundancia brillante
de su azul, sin embargo, siguen intactos.
La voluntad de los pasajeros lucha por liberar
la nave chirriante. Lo único que quieren
es un último viaje más allá de las palmeras de papel
y los bajíos de la melancolía, más allá de las mansiones
de vidrio y alabastro que puntean la extensión
de la costa, más allá del sonido de las sirenas y los engranajes
crujientes de los grandes camiones que trepan las colinas,
allá en la desnudez enlunada de las olas,
donde los garabateos acuosos tientan al viajero a estirar
la mano y sostener en su palma los mensajes que se disuelven.
Una y otra vez la escritura emerge,
por un momento brilla bajo la luz, para luego hundirse sin ser leída.
¿Por qué querrían con tanto ahínco los pasajeros
atisbar lo que nunca podrán tener?
¿Por qué tantos de ellos se amontonan en la baranda,
con el barco aún amodorrado en el puerto?
¿Y de quién se despiden? Han pasado años
desde que las tiendas del pueblo abrieron,
años desde que la bandera fuera alzada en el parquecito,
desde que la nube tras aquella montaña se movió.
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XXIX
The folded memory of out great and singular elevations,
The tragic slapping of vowels to produce tears,
The heavy golden grieving in our dreams,
Shaping the soul’s solemn sounds on the edge of speech
That carry the fullness of intention and the emptiness
Of achievement are not quite the savage
Knowledge of ourselves that refuses to correct itself
But lumbers instead into formless affirmation,
Saying selfhood is hating Dad or wanting Mom,
Is being kissed by a reader somewhere, is about me
And all my minutes circulating around me like flies—
Me at my foulest, the song of me, me in the haunted
Woods of my own condition, a solitaire but never alone.
These are bad times. Idiots have stolen the moonlight.
They cast their shadowy pomp wherever they wish.
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XXIX
El recuerdo plegado de nuestras grandes, singulares elevaciones,
el abofeteo trágico de las vocales para producir lágrimas,
el pesado, dorado penar en nuestros sueños,
formando los sonidos solemnes del alma, al borde del habla,
que llevan la plenitud de la intención y el vacío
del logro, no son exactamente el conocimiento
salvaje de nosotros mismos que se niega a corregirse,
moviéndose en cambio torpemente hacia una afirmación sin forma,
diciendo que la identidad es odiar a Papá o desear a Mamá,
es ser besado por un lector en algún lugar, es sobre mí
y todos mis minutos girando a mi alrededor como moscas
—yo en mi estado más miserable, la canción de mí, yo en el bosque
embrujado de mi propia condición, solitario pero nunca solo.
Estos son malos tiempos. Idiotas han robado la luz de la luna.
Proyectan su pompa sombría donde se les antoja.
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XL
How can i sing when i haven´t the heart, or the hope
That something of paradise persists in my song
That a touch of those long afternoons of summer
Flowing with golden greens under the sky’s unbroken blue
Will find a home in yet another imagined place?
Will someone be there to play the viola, someone for whom
The sad tunes still matter? And after i go, as i must,
And come back thought the hourglass, will have proved
That i live against time, that the silk of the songs
I sang is not lost? Or will i have proved that whatever i love
Is unbearable, that the view of Lethe will never
Improve, that whatever i sing is a blank?
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XL
¿Cómo puedo cantar cuando no tengo el corazón o la esperanza
de que algo del paraíso persista en mi canción,
que un toque de aquellas tardes largas de verano
que fluían con verdes dorados bajo el azul intacto del cielo
encontrarán un hogar en aún otro lugar imaginado?
¿Estará alguien allí tocando la viola, alguien para quien
las melodías tristes todavía cuentan? Y luego de que me vaya,
como debo, y regrese a través del reloj de arena, ¿habré probado
que vivo contra el tiempo, que la seda de las canciones
que canté no se ha perdido? ¿O habré probado que lo que amo
es insoportable, que las vistas del Leteo nunca
mejorarán, que lo que cante, sea lo que sea, es vacío?
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[1]
From
Dark harbor: A poem,
1993.
De
Puerto oscuro: Poema,
1993.
En
Puerto oscuro,
Barcelona, Kriller71, 2020.
(Trad. Adalber Salas Hernández)