jueves, 30 de octubre de 2008

BOB DYLAN. STUCK INSIDE OF MOBILE WITH THE MEMPHIS BLUES AGAIN


STUCK INSIDE OF MOBILE WITH THE MEMPHIS BLUES AGAIN

Oh, the ragman draws circles
Up and down the block.
I'd ask him what the matter was
But I know that he don't talk.
And the ladies treat me kindly
And furnish me with tape,
But deep inside my heart
I know I can't escape.
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.
Well, Shakespeare, he's in the alley
With his pointed shoes and his bells,
Speaking to some French girl,
Who says she knows me well.
And I would send a message
To find out if she's talked,
But the post office has been stolen
And the mailbox is locked.
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.
Mona tried to tell me
To stay away from the train line.
She said that all the railroad men
Just drink up your blood like wine.
An' I said, "Oh, I didn't know that,
But then again, there's only one I've met
An' he just smoked my eyelids
An' punched my cigarette."
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.
Grandpa died last week
And now he's buried in the rocks,
But everybody still talks about
How badly they were shocked.
But me, I expected it to happen,
I knew he'd lost control
When he built a fire on Main Street
And shot it full of holes.
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.
Now the senator came down here
Showing ev'ryone his gun,
Handing out free tickets
To the wedding of his son.
An' me, I nearly got busted
An' wouldn't it be my luck
To get caught without a ticket
And be discovered beneath a truck.
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.
Now the preacher looked so baffled
When I asked him why he dressed
With twenty pounds of headlines
Stapled to his chest.
But he cursed me when I proved it to him,
Then I whispered, "Not even you can hide.
You see, you're just like me,
I hope you're satisfied."
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.
Now the rainman gave me two cures,
Then he said, "Jump right in."
The one was Texas medicine,
The other was just railroad gin.
An' like a fool I mixed them
An' it strangled up my mind,
An' now people just get uglier
An' I have no sense of time.
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.
When Ruthie says come see her
In her honky-tonk lagoon,
Where I can watch her waltz for free
'Neath her Panamanian moon.
An' I say, "Aw come on now,
You must know about my debutante."
An' she says, "Your debutante just knows what you need
But I know what you want."
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.
Now the bricks lay on Grand Street
Where the neon madmen climb.
They all fall there so perfectly,
It all seems so well timed.
An' here I sit so patiently
Waiting to find out what price
You have to pay to get out of
Going through all these things twice.
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.
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From Blonde on Blonde, 1966.

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KIKO VENENO. MEMPHIS BLUES AGAIN


MEMPHIS BLUES AGAIN

El trapero va dibujando círculos por la manzana
yo le preguntaría pero sé muy bien que no habla
Las señoras me tratan amable me van a llenar de cintas
y en lo profundo deep in my heart sé que no tengo salida

Oh mama esto puede ser el fin. Esto puede ser el fin
Atascado con el blues de Memphis sin poder salir

Mona intentó mantenerme lejos de los ferroviarios
no sabes me dijo que se beben tu sangre como el vino a diario
Yo le dije que no lo sabía pero después tirando del hilo
me acordé de aquél que una vez
me dio un puñetazo en todo el cigarrillo

Oh mama esto puede ser el fin. Esto puede ser el fin
Atascado con el blues de Memphis sin poder salir

Ya se murió la abuelita ya está enterrada entre las rocas
pero la gente habla todavía de la pena que le toca
Yo ya lo estaba viendo que iba de mal en peor
últimamente la vi encendiendo candela por la calle mayor

Oh mama esto puede ser el fin. Esto puede ser el fin
Atascado con el blues de Memphis sin poder salir

El senador ha llegado enseñando la pistola
mañana se casa mi hijo todo el mundo está invitado a la boda
con el bajío que yo tengo todo lo malo a mí me pasa
si voy seguro me cogen de marrón debajo de un camión y sin entrada

Oh mama esto puede ser el fin. Esto puede ser el fin
Atascado con el blues de Memphis sin poder salir

El hombre lluvia me dio dos remedios que aliviaran mi locura
el primero era un remedio sureño el segundo ginebra pura
como un loco hice una mezcla que me estranguló el cerebro
ahora veo a la gente más fea y he perdido el sentido del tiempo

Oh mama esto puede ser el fin. Esto puede ser el fin
Atascado con el blues de Memphis sin poder salir
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De Está muy bien eso del cariño, 1995.

MICAH P. HINSON. EN CONCIERTO

Domingo, 16 de noviembre.
Santander.

martes, 28 de octubre de 2008

PABLO PICASSO. POEMAS EN PROSA


POEMAS EN PROSA

Si pienso en una lengua y escribo “el perro persigue a una liebre por el bosque” y quiero traducirlo a otra lengua tendré que decir “la mesa de madera blanca hunde sus patas en la arena y muere casi del susto al reconocerse tan [idiota]”
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De Poemas en prosa, Barcelona, Editorial Plataforma, 2008.

miércoles, 22 de octubre de 2008

CRÓNICA

Viernes, 17 de octubre, 22:00 horas.
El Cantábrico, C/Muelle de Oriente 4, Gijón.


JUGADORES

Alcántara, Manuel. Antología personal, Córdoba, Almuzara, 2008.
Barral, Carlos. Poesía, Madrid, Cátedra, 1991.
Cohen, Leonard. Parásitos del paraíso, Madrid, Visor, 2007.
Cummings, E. E. Buffalo Bill ha muerto, Madrid, Hiperión, 2007.
Elytis, Odiseas. Dignum Est y otros poemas, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2008.
González, Teresa. Obra completa, Oviedo, Consejería de cultura del Principado, 2008.
Muñoz Quirós, José María. Celada de piedra, Madrid, Rialp, 2005.
Ros, Beatriz. De cómo descubrí que seguía viva, Córdoba, La Bella Varsovia, 2008.
Vela, Javier. Tiempo adentro, Barcelona, Acantilado, 2006.

CRÓNICA

La ausencia de CHESIRE, alias YO-SOY-LA-ENCARNACIÓN-DE-TODOS-LOS-SANEDRINES-LÍRICOS-Y-ME-LA-COMO-Y-ME-LA-COMO-Y-ME-LA-VUELVO-A-DE-COMER, hizo que el del viernes fuese un partido especialmente interesante: juego vibrante, de combate intenso pero noble; en el que se pudo disfrutar tanto de la elegancia de versos de inspiración clásica como de la hondura emocional, pasando por el juego conceptual más ágil.

Aunque en lote fallido, SANDERS apostó por esto último. Puso en liza la versión más soportable de COHEN, aquélla que prescinde de las ilustraciones hechas con los dedos de los pies, pero que se queda a años luz de alcanzar el meollo de lo que intenta trasmitir. EL Sr. COHEN pisa una cagada, la huele, pero yerra sistemáticamente en el diagnóstico: “Hum, lovely, i think it’s cramberrie pie”... ¡Pues no, LEONARDO, es mierda!

Sólo puede calificarse el partido de PAPERMAN como sobresaliente. Desde el arranque exprimió el buen hacer de ALCÁNTARA sin concesión a los atajos fáciles: templanza, emoción contenida y metáfora sugerente, encajadas como guante en un metro clásico que cumplía a la perfección su función rítmica. Versos nostálgicos que fueron calentando la grada: «niño que se perdió como me pierdo / pensando que no es buena mi tristeza / y no vale la pena mi alegría», que se fue al palo. Y que sólo al final se vieron recompensados en un memorable SONETO PARA PEDIR POR LOS AMIGOS MUERTOS, ebrio de lucidez y cariño que remata de chilena a gol el terceto: «dan ganas de dejarlo todo por irse / a buscarlos. Conozco ya el camino / se va por el atajo de morirse». Gracias, PAPERMAN, lo mejor de la noche.

Las lesiones recientes pasaron factura al juego de JUANCHO, que acusó falta de ritmo y precisión. ELYTIS se manejó por el campo con la sutileza de un cañón de 24 libras con silenciador, o sea, ninguna. Abusó de la paradoja: «El antifonista dice: / el vacío existe mientras no caigas en él»; y su estilo interjectivo recordó esas obras griegas cuyo encaje en la tragedia o la comedia no es pacífico: ¡Oh, hombres de Esparta, qué muro no expugnará vuestro nardo de medio metro!... o algo así.

Cuando menos exótica fue la participación de MARCOS jugándose la baza de BEATRIZ ROS. Sus virtudes poéticas brillaron tanto como un agujero negro; pero no se le puede negar compostura como manual de bricolaje y autoayuda: «consejos hogareños: / no te pilles los dedos con el colchón». Son legión los poetas tuercetropos que han cruzado sus versos en estos partidos; que uno de ellos al menos se proponga resultar útil es de agradecer.

Una vez más IGNATIUM puso a prueba el acelerador de partículas líricas en busca de la fusión del verbo fundamental que agote el hecho poético. En esta ocasión no puede negarse que de todo ese despilfarro energético no resultara algún moco cuántico aprovechable: «Soportaré la noche / hiriéndome en su oscura mansedumbre... otro dominio que el dolor de una ausencia», poema que retrasó los objetivos del Protocolo de KYOTO hasta el año 2150; mientras que «triste lenguaje de un mundo que se olvida una vez pronunciado», directamente lo derogó. Qué más da. No tengo hijos por los que preocuparme.

ARTEMIO ofició una vez más de trilero. Como buen jugador de ventaja se pasó todo el tiempo agazapado detrás de la prosopopeya inane de JAVIER VELA, para ultimar el partido de un mal fogonazo de tres versos aprovechándose del cansancio de los rivales de juego más franco: «Porque los hombres mueren pero dejan / memoria de los cuerpos que habitaron. / Qué guardo yo de ti sino tú misma». Goal en fuera de juego que sólo la ceguera arbitral dio por bueno. Que disfrute de su momento de crisálida, ése, cómo se llamaba, JAVIER QUÉ.

Acudir a la convocatoria, como hizo FERMO, con un libro bajo el brazo publicado por la Consejería de Cultura del Principado de Asturias es arriesgarse a que CATENACCIO se vuelva llama justiciera, y no me refiero a la masa gaseosa en combustión, sino al rumiante andino con querencia al escupitajo. Sin embargo, la malversación de caudales públicos se vio minorada por el aseo con que TERESA GONZÁLEZ se movía por el mármol bajo la batuta de FERMO. Especialmente destacados fueron los poemas en bable que, polémica sobre el significado de alguna que otra palabra aparte, demostraron una fuerza evocadora incuestionable.

Suele ser vicio común de la juventud el exceso de entusiasmo y el caso de ALBA no fue excepción. Con un poco más de experiencia en estas lides podía haber administrado mejor sus recursos; pero espoleada por las ganas de agradar en su debut, lanzó a CUMMINGS en tromba desde el arranque. Los primeros compases fueron claramente suyos con continuas llegadas al área de gol basadas en el juego directo: «los sáharas tienen sus siglos; / diez mil de ellos son más pequeños que el momento de una rosa», sin hacerle ascos a juegos más elaborados: «quien presta atención a la sintaxis nunca te besará completamente». Sin embargo, terminó pagando el derroche físico en el tramo final al desinflarse en versos de trazo maldito y previsible.

CATENACCIO sigue naufragando en cambios continuos de sistema de juego. La poesía excesivamente pretenciosa de BARRAL apenas arrancó un mohín de aprobación en su cara más existencial: «¿qué hago yo en este mundo? / Nada que la noche sosiegue o que estimule la aurora», para terminar desleído sin pena ni gloria.

La noche avanzaba, los cascos vacíos de cerveza copaban la mesa en una suerte de tablero de potencias nucleares de saldo. PAPERMAN se lanzó al panegírico de su nueva militancia liberal: “Ahora que BUSH anda nacionalizando la banca”. Varios de esos misiles de vidrio se desactivaron, antes de que PAPERMAN los largase a girar por la PLAZA ROJA, para terminar reconvertidos en jugadores de la selección inglesa del 86 y regateados por un vaso de sidra que avanzaba sin saberlo hacia la jugada de todos los tiempos: “Lo ves, ALBA, fue así: CUCCIUFO para ENRIQUE... ENRIQUE, DIEGO ARMANDO MARADONA... Dos hombres, se les fue a los dos, maravilloso... Viene agrandado, viene con todas las luces... Sigue DIEGO, otro más... Sigue MARADONA, busca el área... Ya está el segundo, va a chutar... GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL... Grítenlo, grítenlo fuerte... DIEGO, DIEGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL”. Recuerdos de adolescencia que reptaban por las paredes del CANTÁBRICO para ganar la libertad de un cielo negro que pinchaba la luz metálica de las farolas en la costura del horizonte. Por esa línea de azogue roto se filtraban las nubes como galeones de una cofradía fantasma, una procesión ingrávida que ponderaban cadenciosamente los barcos del fondeadero moviendo unos mástiles que ya no eran mástiles, sino los signos de exclamación con que la sabiduría inerte de la materia se reconoce a sí misma en la maravilla del mundo. Y todo esto para que el hombre, como un patricio embrutecido, se arrellane a contemplar cómo progresa el incendio de sombras que le cerca. ROMA arde, aunque no haya señales de los bárbaros. Pero eso ya es otra historia.

miércoles, 15 de octubre de 2008

CONVOCATORIA

Viernes, 17 de octubre, 22:00 horas.
El Cantábrico, C/Muelle de Oriente 4, Gijón.

ROQUE DALTON GARCÍA. HORA DE LA CENIZA


HORA DE LA CENIZA

Finaliza Septiembre. Es hora de decirte
lo difícil que ha sido no morir.

Por ejemplo, esta tarde
tengo en las manos grises
libros hermosos que no entiendo,
no podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia
y me cae sin motivo el recuerdo
del primer perro a quien amé cuando niño.

Desde ayer que te fuiste
hay humedad y frío hasta en la música.

Cuando yo muera,
sólo recordarán mi júbilo matutino y palpable,
mi bandera sin derecho a cansarse,
la concreta verdad que repartí desde el fuego,
el puño que hice unánime
con el clamor de piedra que eligió la esperanza.

Hace frío sin ti.
Cuando yo muera,
dirán con buenas intenciones
que no supe llorar.

Ahora llueve de nuevo.
Nunca ha sido tan tarde a las siete menos cuarto
como hoy.

Siento unas ganas locas de reír
o de matarme.
——————————
De La ventana en el rostro, 1961.

viernes, 10 de octubre de 2008

PEDRO CASALDÁLIGA. EL CORAZÓN LLENO DE NOMBRES


EL CORAZÓN LLENO DE NOMBRES

Al final del camino me dirán:
¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada,
abriré mi corazón lleno de nombres.
——————————
De El Tiempo y la Espera, 1986.

jueves, 9 de octubre de 2008

JOAN MARGARIT. PREMIO NACIONAL DE POESÍA 2008


LA CARTA

Mirabas siempre hacia adelante
como si allí estuviese el mar. Creabas
de esta manera un movimiento de olas
ajeno y mítico en alguna playa.
Nos unía la fuerza peligrosa
que da al amor la soledad.
Aún hace temblar entre mis dedos,
de forma imperceptible este papel.
Camino abandonado entre tú y yo,
cubierto por las cartas, hojas muertas.
Pero sé que el camino persiste.
Si abandono la mano sobre el pequeño fajo,
la siento descansar sobre tu espalda.
Solías escuchar hacia adelante
como si allí estuviese el mar, ya transformado
en una voz cansada, ronca y cálida.
Poco nos une aún: sólo el temblor
de este papel tan fino entre los dedos.
——————————
De Casa de misericordia, 2007.

lunes, 6 de octubre de 2008

ARTHUR C. CLARKE. A SPACE ODDISEY


A SPACE ODDISEY

Behind every man now alive stand thirty ghosts, for that is the ratio by which the dead outnumber the living. Since the dawn of time, roughly a hundred billion human beings have walked the planet Earth. Now this is an interesting number, for by a curious coincidence there are approximately a hundred billion stars in our local universe, the Milky Way. So for every man who has ever lived, in this universe, there shines a star.
——————————
From Prologue to 2001: A Space Oddissey, 1968.

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UNA ODISEA ESPACIAL

Tras cada hombre viviente se encuentran treinta fantasmas, pues tal es la proporción númerica con que los muertos superan a los vivos. Desde el alba de los tiempos, aproximadamente cien mil millones de seres humanos han transitado por el planeta Tierra. Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien mil millones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo.
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Del Prólogo a 2001: Una Odisea Espacial, 1968.
(Trad. Antonio Ribera)