EN SAN FRANCISCO
Os mando este regalín, para que veáis que ni al otro lado del charco me olvido de vosotros... a ver quién es el listo que lo adivina antes. No vale google! Y que me llamen beat si quieren...
Por ahora, la ciudad maravillosa. Más allá de Frisco, la osa con su osezno que, a unos cien metros de distancia, nos encontramos en yosemite valley tras darnos un chapuzón en un río...
Ah, City Lights, buena librería en la que perderse unas horas. Muy cerca (frente a una iglesia si no recuerdo mal) hay un curioso sitio italiano de bocadillos. Es como una enorme charcutería italiana en que tú eliges qué quieres ponerle. No dudes en comer uno, si lo encuentras.
ResponderEliminarEl viejo es Ferlinghetti, ¿no?
Esta noche
el mar está en calma
en las playas de Dover
En el crepúsculo creciente
los pájaros
gritan
en su llanto
las sílabas
de alguna palabra
deconstruída
que nosotros
aún no logramos descifrar
que explique
nuestra existencia
Y ellos los pájaros
elevándose
cargan en sus alas
la luz última
y vuelan con ella
sobre el horizonte
guardando
el secreto
Mira éste, listo y encima viajao.
ResponderEliminar¡María, vuelve, España te necesita!
Se te olvida que también ex-beatmaniaco...
ResponderEliminarEs cierto, en la esquina había una pequeña tienda de altramuces regentada por un viejo patizambo que sólo hablaba hebreo y numeraba en romano.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte, viajera,
Nacho King.