A VECES LA BRISA CESA
En memoria de D. José Rivero Nava
A veces la brisa cesa,
sin delatar su ausencia,
con la humildad de las pequeñas cosas,
la brisa a veces se va.
Y ya no sigue acariciándonos el rostro,
ni jugando con las mariposas.
Las hojas de los árboles la extrañan,
y también las olas de la mar,
las nubes se sienten tristes
cuando la brisa se va.
Pero siempre dulce regresa,
a volar con los gorriones,
y con los niños jugar,
a hacer esas pequeñas cosas
que nos hacen respirar.
Hay hombres que son brisa,
no tormenta, ni huracán,
dominan esas pequeñas cosas
que nos hacen respirar,
por ello cuando se marchan,
tenemos que llorar.
Marzo de 2006.
Hoy me beberé un buen vaso de vino a la salud de quien sabe llorar...
ResponderEliminarPues sí, brindemos.
ResponderEliminarHoy calma chicha,
ResponderEliminarAyer fue vendaval.
La suave brisa.