miércoles, 10 de septiembre de 2008

CRÓNICA

Viernes, 5 de septiembre, 21:00 horas.
El Cantábrico, C/Muelle de Oriente 4, Gijón.


JUGADORES

Apollinaire, Guillaume. Antología, Madrid, Visor, 1996.
Celaya, Gabriel. Poesía, Madrid, Alianza, 1988.
Cereijo, José. Las trampas del tiempo, Madrid, Hiperión, 1999.
Collins, Billy. Navegando a solas por la habitación, Barcelona, DVD ediciones, 2007.
Contreras, Paulina. Extracto del blog Gaviotas del Mapocho.
Gil de Biedma, Jaime. Las personas del verbo, Barcelona, Seix Barrall, 2007.
Vilariño, Idea. Poesía completa, Barcelona, Lumen, 2008.

CRÓNICA

Fue un craso error pensar que la inclusión de savia nueva serviría para alterar el sentido de los partidos. Pudimos comprobarlo este viernes perfectamente representado en las carnes de EDUARDO. Durante el calentamiento, ponderaba nuestro debutante las cualidades de los dos campeones que había seleccionado para su estreno, cuando IGNATIUM, a la vista de tanta ilustración naíf como ornaba las páginas de uno de los candidatos, le espeta un lacónico: “¡Éste está fuera de lugar! Déjalo para cuando juegue SANDERS”. O sea, que en cuestión de nanosegundos ya teníamos las ilusiones del principiante estampadas contra la realidad y más que se fueron desguazando a media que avanzaba el partido. Comenzó apostando por la versión más luminosa y amable de CELAYA; poemas de temática amorosa y canto vital, para virar en redondo de un timonazo hacia la poesía social más estridente, cansado de ver cómo su arboladura se iba convirtiendo en un matojo de astillas y tocones desmochados, mientras musitaba un incrédulo: “¡No pensaba que esto iba así!”.

Reaparición de CORCHITO después de un año con una apuesta que por segura tiene algo de formularia. GIL DE BIEDMA es capaz de tomar la experiencia cotidiana y darle ese giro lírico en que consiste la poesía, de la misma manera que la ginebra sublima a la tónica. Sólo un pero: todos lo sabemos.

Y el caso es que CHESIRE vuelve a la carga con la misma monserga de autores de estercolero etílico: Las olas de cerveza rompen / contra la barra renegrida / en un amanecer de piernas que se cruzan / para someter a las ladillas... Bueno, quien dice esto, dice algo de ese estilo y es que poco más puede salir del magín de un COLLINS, que como todos los de su laya es un puñetazo de tedio y prosaísmo. Y todo ello con la agravante de tener que soportar su tiranía reglamentista: resolvamos los empates ora con un poema al azar, ora a la carta más alta, ora sacando la churra a ver quién mea más lejos... Un dolor.

FUTRECALIENTA no supo leer el partido. Las condiciones no eran las más propicias para la lectura reflexiva a la que obligaba el trabajo de CEREIJO. Su verso excesivamente simbólico tropezaba con la música chirimbolera —de mestizaje cultural, como se la denomina en neoespañol— que se desparramaba desde la televisión, los importunos juegos de JULIA con su prima y el terrorismo de baja intensidad de PEDRO. Un fiasco.

IGNATIUM en lo suyo: tormento que me atormento / en un alba que carroñea / el dolor de verse preso / en el cepo de ser humano... En esta ocasión la victimaria fue IDEA VILARIÑO, venga con el dedito en la herida y de sufrir y de sufrir. Se rumorea que el próximo poeta que presente IGNATIUM será un tal GILLETTE, por si alguien quiere abreviarse el expediente.

ARTEMIO optó por CONTRERAS, una voz que, no exenta de cierto humorismo simple, resultaba soportable en el nivel del susurro; porque a poco que elevara la voz, caía en la estridencia más farragosa.

Acomodamiento y falta de preparación, que a estas alturas empiezan a ser más que evidentes, son las responsables del nuevo batacazo de CATENACCIO, que no supo sacar partido de un fichaje de última hora. Pese a alcanzar la ronda de desempate, los versos de APOLLINAIRE no dejaron de parecer en ningún momento mercancía caducada.

EDUARDO tomó anticipadamente el olivo, quizás para reflexionar sobre lo que había salido mal; TERESA le siguió cansada de bregar con el exceso de energía de tres criaturas en edad de trastear. Y con su marcha el partido inició un ocaso tan evidente como el de un verano que avanza ciego hacia su frontera equinoccial, sin que la minifalda ni el palabra de honor que arriesgaba alguna jovencita por el paseo del fomento fueran más que un intento infructuoso de conjurar lo inevitable. Pero eso ya es otra historia.

5 comentarios:

  1. si ningún poema se mereció un gol, la crónica sí. te has lucido, catenaccio, esta vez te la has currado, vive dios...
    no sabes cuánto me alegro de no haber estado, y salir (casi) indemne de tu cerebro enfermo. gracias, ignatium, por acordarte de mí aunque sea en esos términos. yo también me acordé mucho de vosotros!
    ah, y menos mal, creí que lo de sacársela era a ver quien la tenía más grande, y no querría haberme perdido tal demostración de testosterona. Por favor, para esto sí, ¡esperad a que esté Sanders!

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  2. ¡Qué grande eres Catenaccio!
    Coincido con Sanders en el merecimiento del gol para tu crónica. Al fin y al cabo no deja de ser verso libre.

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  3. Reitero: golazo de crónica (incluidos los vínculos de quien todos sabemos). Ahora me explico lo de los momentos de lucidez de los dementes...

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  4. ja ja ja, grande, artemio, eres grande...
    muchas gracias por mi link, estoy encantada!
    ahora sí que estoy de acuerdo contigo en que ye mejor que a esa fía la eduque otra persona...

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  5. ¡Peazo Gol Catenaccio!

    (A pesar del Apollinaire)

    Gracias por la invitación a jugar

    Va a ser más duro de lo que pensaba

    Pío Campo

    Pío Campo

    Pío Campo

    Monta y Cabe

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