TÚ NO TE ACORDARÁS
TÚ no te acordarás, porque eras muy pequeña,
y dulce y rubia y vivaracha;
pero en algún momento de mi vida
yo lo he pensado cada noche.
La escena ocurre así y es muy sencilla:
mamá cantaba entre los melocotonero s
una canción sobre los ruiseñores.
Papá ha subido al cruce a echar el agua
y el agua está bajando por la acequia.
Tú no te acordarás, porque eras muy pequeña
—como los ruiseñores, yo diría—.
En realidad mamá te canta a ti,
que eres los ruiseñores de pequeña,
y el agua de la acequia
está en mis ojos ahora mismo.
Y es que yo muchas veces me pregunto
por qué era aquel un tiempo diferente;
por qué no ha vuelto a ser el trigo tan brillante
ni están los melocotoneros tan despiertos;
por qué la estampa barnizada de los almanaques
nos parecía tan hermosa al enmarcarla
como una puerta al campo en el pasillo.
Y la respuesta es muy sencilla y me conmueve
hallar toda razón en vuestras manos:
el mundo consistía en su ignorancia
y estaba la esperanza sin manchar en nuestros ojos.
Tú no te acordarás, porque eras tan pequeña.
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De
Poemas para mi hermana,
2007.
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