viernes, 7 de julio de 2006

W. H. AUDEN. THE UNKNOWN CITIZEN


THE UNKNOWN CITIZEN

(To JS/07/M/378 This Marble Monument Is Erected by the State)

He was found by the Bureau of Statistics to be
One against whom there was no official complaint,
And all the reports on his conduct agree
That, in the modern sense of an old-fashioned word, he was a saint,
For in everything he did he served the Greater Community.
Except for the War till the day he retired
He worked in a factory and never got fired,
But satisfied his employers, Fudge Motors Inc.
Yet he wasn't a scab or odd in his views,
For his Union reports that he paid his dues,
(Our report on his Union shows it was sound)
And our Social Psychology workers found
That he was popular with his mates and liked a drink.
The Press are convinced that he bought a paper every day
And that his reactions to advertisements were normal in every way.
Policies taken out in his name prove that he was fully insured,
And his Health-card shows he was once in hospital but left it cured.
Both Producers Research and High-Grade Living declare
He was fully sensible to the advantages of the Installment Plan
And had everything necessary to the Modern Man,
A phonograph, a radio, a car and a frigidaire.
Our researchers into Public Opinion are content
That he held the proper opinions for he time of year;
When there was peace, he was for peace; when there was war, he went.
He was married and added five children to the population,
Which our Eugenist says was the right number for a parent of his generation.
And our teachers report that he never interfered with their education.
Was he free? Was he happy? The question is absurd:
Had anything been wrong, we should certainly have heard.
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From Another Time, 1940.

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EL CIUDADANO DESCONOCIDO

(A JS/07/M/378 Este monumento de mármol fue erigido por el estado)

La oficina de Estadística lo consideró
alguien contra quien no había quejas oficiales,
y todos los informes sobre su conducta coinciden
en que era un santo, en el sentido moderno de esa vieja palabra,
porque todo lo que hizo fue en servicio de la Gran Comunidad.
Salvo durante la guerra y hasta el día en que se jubiló
trabajó en una fábrica y nunca lo echaron,
sino que satisfizo a sus patronos, Fudge Motors Inc.
No era un esquirol ni tenía ideas raras,
pues su sindicato nos informa de que pagaba su cuota
(nuestro informe asegura que su sindicato no era peligroso)
y nuestros psicólogos sociales han descubierto
que caía bien a sus compañeros y le gustaba tomar alguna copa.
En Prensa están seguros de que compraba el periódico a diario
y sus reacciones ante los anuncios eran del todo normales.
Las pólizas a su nombre demuestran que estaba totalmente asegurado,
y su cartilla muestra que sólo visitó un hospital y salió curado.
Tanto Investigaciones de Producción como Nivel de Vida declaran
que era muy receptivo a las ventajas del Pago a Plazos,
y tenía todo lo que necesita el Hombre Moderno,
un tocadiscos, una radio, un coche y una nevera.
Nuestros Investigadores de la Opinión Pública están contentos
de que tuviera las opiniones adecuadas a cada época del año;
cuando había paz, quería la paz; si había guerra, iba.
Estaba casado y añadió cinco hijos a la población,
el número correcto para su generación, según nuestro eugenista,
y nuestros maestros informan de que nunca interfirió con su educación.
¿Era libre? ¿Era feliz? La pregunta es absurda:
si algo hubiese ido mal, nos habríamos enterado.
——————————
De Otro Tiempo, 1940.
(Trad. Javier Calvo)

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