MEMORIAS DE ADRIANO
Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño. Todavía un instante miremos juntos las riberas familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver... Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos...
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De
Memorias de Adriano,
1951.
Encontrada de nuevo en un volumen de la correspondencia de Flaubert, releída y subrayada por mí hacia 1927, la frase inolvidable. "Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón a Marco Aurelio, en sólo estuvo el hombre". Gran parte de mi vida transcurriría en el intento de definir despues de retratar, a este hombre solo y al mismo tiempo vinculado a todo.
ResponderEliminarMarguerite Yourcenar.Cuaderno de notas a las "Memorias de Adriano".