domingo, 17 de diciembre de 2017

FRANCISCO VIGHI. AMANECIDA EN MADRID


AMANECIDA EN MADRID

Del puente de Vallecas
el carro del trapero trae la aurora.

La alcantarilla —frío, sueño y hambre—
desmesuradamente abre la boca.

La estatua está en la plaza
—petrificado guardia de la porra—
como un mojón mojado
señalando los barrios y las horas.

Serenos fugitivos,
pastores de silencios y de sombras,
buscando van su cuervo de Altamira
en húmedas tabernas cochambrosas.

Legañosos tranvías,
troles adormecidos. Luz lechosa
de aguardiente en el agua. Mil manubrios
tuestan café en el ritmo de la polka.

Triunfo de barrenderos, de beatas,
guardias y perros, carros, templo, lonjas.
Todo el suburbio asalta
la ciudad dormilona.

Una voz viene de Guadalajara
¡Oriente! ¡Stock de mitos y de auroras!

De todos los balcones
saluda al día un agitar de alfombras.
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De Nuevos versos viejos, Granada, Comares, 2008.