lunes, 27 de julio de 2009

ANTONIO MACHADO. NOCHE DE VERANO


NOCHE DE VERANO

Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cenit, la luna y en la torre
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.
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De Campos de Castilla, 1912.

miércoles, 22 de julio de 2009

CRÓNICA

Sábado, 30 de mayo, 21:00 horas.
El Cantábrico, C/Muelle de Oriente 4, Gijón.


JUGADORES

Benedetti, Mario. Poemas de la oficina, Madrid, Visor, 1998.
Benedetti, Mario. Poemas de otros, Madrid, Visor, 1987.
Guedea, Rogelio. Kora, Madrid, Rialp, 2009.
Keats, John. Odas y sonetos, Madrid, Hiperión, 2008.
Neuman, Andrés. Década (Poesía 1997-2007), Barcelona, Acantilado, 2008.
Villena, Luis Antonio de. Honor de los vencidos, Antología (1972-2006), Madrid, Fondo de cultura económica, 2008.
Williams, William Carlos. Antología bilingüe, Madrid, Alianza, 2009.

CRÓNICA

Es lamentable la inercia funcionarial que justifica un partido por el solo hecho de que se haya convocado, porque no quedaba ni un gramo de ambición entre quienes participaron en el que cerraba la temporada. Los que se veían en la parte alta de la clasificación dejaron pasar el envite defendiendo su ventaja, y los peor clasificados, a quienes se debe suponer insatisfechos con el estado de cosas, reservaron fuerzas para la próxima campaña sin el empuje necesario para ganarse mejor suerte. En definitiva, asistimos a un partido que desde el arranque languideció enredado en una bordonería centrocampista inane que sólo abandonó para caer en el efectismo.

IGNATIUM aparcó sus estudios sobre el punto de sobresaturación de melancolía que soporta un poema sin caer en la precipitación de orines —parte final de su obra magna La poesía y la puta que la está pariendo, ensayo que si alguien no lo evita verá la luz próximamente en Estoy en otro plano editores, S. L.— para presentar a un ROGELIO GUEDEA con un lastre de lugares comunes plomando sus pies: «por eso, para detener el tiempo / sólo basta con que dos, que antes se amaron / se vuelvan a encontrar»; y que conseguía ganar velocidad a costa de deshacerse de toda impedimenta lírica en poemas como PAISAJE DESPUÉS DE LA BATALLA: «personas, objetos, calles, ciudades, países yéndose, acabándose, naciéndose... las hojas que caen, el aire que pasa, un ruido de rama, el libro de Dante...», que más que poema son el estadillo de un cabo furriel.

CHESIRE optó por la pose inverosímil de VILLENA dentro del papel de parroquiano de burdel encanallado. Fuera del registro esteticista: «porque la belleza se mira a sí misma en un constante espejo, se nutre de su propio don», disimuló, no exento de rigidez, en ESA QUERIDA ATMÓSFERA DE TANGO HACIA LAS TRES: «Sientes, frente al espejo, el orgullo tan duro de estar solo... la puerta se abre muy solemne: ¡Hasta mañana, señor! La soledad está servida»; pero la más leve vibración de la realidad bastó para reflotar su naturaleza de postulante a letrista de RAPHAEL: «lo que hago contigo lo niega mi faz por la mañana... que toda vida que se vive plena es vida para escándalo... (QUÉ SABE NADIE!!!... ESCÁNDALO, ES UN ESCÁNDALO!!!)».

A modo de homenaje póstumo, ARTEMIO construyó su habitual maraña táctica en torno al trabajo de BENEDETTI; aunque ni afilándolo en una piedra de esmeril untada con tabasco se podría dar corte a un metal tan ñoño: «la monjita joven de mejillas ardientes crece como un hongo sin permiso... y todo eso por qué / sencillamente porque en la primera línea / pensé en vos / amiga», tan contumaz en la militancia mojabragas: «y ojalá pueda estar / de tu sueño en la red / esperando tus ojos / y mirándote», que terminó por conseguir que PAPERMAN perdiese la compostura, cosa que jamás se ha visto: “¡Joder, lo único bueno que ha hecho este tío ha sido morirse!”.

En esta ocasión SANDERS prefirió poner en juego a los clásicos; sin embargo, en una versión de KEATS mal añejada, lenta y falta de frescura que, las más de las veces, no lograba zafarse de su propia naturaleza meditabunda: «Si con obtusas rimas ha de estar nuestro inglés maniatado y el dulce soneto encadenado»; o que, en apoyo sobre el trampolín paisajístico, apuntaba un salto que nunca se convertía en vuelo: «Ahora ya para siempre / remonto la tiniebla. Nada menos valioso / que el altivo laurel satisfará a mi féretro».

XABEL se presentó con WILLIAMS bajo el brazo y en el universo de las jugadas posibles perpetra esto: «Enterramos a la gata, después cogimos su caja / y le prendimos fuego / en el jardín / las pulgas que se libraron / de la tierra y del fuego / murieron de frío». El porqué de tanto ensañamiento con el prójimo, el porqué de pretender que tal criatura teratológica pudiera pasar por poema queda en el limbo de las preguntas sin respuesta.

PAPERMAN había preparado el partido en el terreno de la farsa, BENEDETTI deconstruido, poniendo en liza aquella parte de un libro que no es imputable a su autor: nombre del editor, depósito legal e imprimátur. Sin embargo, el regalo que IGNATIUM traía bajo el brazo salvó al resto de los jugadores de la pesadez de tener que anular los intentos de hacer pasar por poemas el número de las páginas, el rastro de sangre reseca de algún insecto aplastado por el libro en su función de matamoscas improvisado, sus ejercicios de amanuense de la mamarrachada que glosa cada párrafo con un chiste o caricatura sandia o sabe dios qué otra gansada. Y el caso es que PAPERMAN supo sacar partido de la antología de poesía oriental, poniendo en funcionamiento los haikus que ISSA alzaba en las proximidades del terreno inicialmente previsto, a saber, la astracanada: «Qué espléndidas castañas! / qué grandes! / Qué lejos de mi alcance!», consiguiendo que después de la carcajada inicial, se transformase en goal, merced al derretimiento de meninges de la parroquia, lo que no era más que un episodio de dudosa higiene personal: «Pulga retozona / ven a hacerte Buda / entre mis uñas».

CATENACCIO confió sus opciones al juego desigual de NEUMAN, que brujuleaba por el campo ora al ritmo de la chacarera más insustancial: «Rotación de los cuerpos: describen en la cama / órbitas mientras duermen / se alternan, se aproximan / respirando por ciclos / en su quietud volante»; ora cargando el fardo de algún antepasado metafísico prusiano que su apellido delata: «¿Y si mentir no fuera vil... no fuera malo sino sólo difícil?»; hasta que al relance de un patadón a seguir más propio de Rugby de poetas, se encontró de chiripa con el goal con EL CICLO DE LA PIEDRA: «El niño que asombrado por lo simple / bajo el destello anónimo del cielo / la devuelve al vacío, donde aguarda el poema».

Para entonces el partido ya boqueaba buscando su óbito y resurrección en la imaginería confusa del techo de la caverna: legislación abortista, contracepción adolescente y demás maraña superestructural... ¡qué sabio es el poder!. SHAKIRA amenazaba con lo que ya empieza a ser su habitual deserción, y CAROLINA miraba a través de la ventana, forzando a su espacio inmediato a rizarse y resbalar por la verdosidad caleidoscópica del iris, hacia un vacío que para mí es absorbente y en el que se acuña una moneda no convertible cuyo valor sólo los enamorados conocen. Fuera, en la calle, la luz renegaba de su magistratura estival y se opacaba a sí misma en una lengua húmeda de niebla que lamía las aceras y, como una goma de borrar, expropiaba a los cuerpos de sus perfiles, en aras de ese ritual confuso en el que la materia vuelve por sus pasos, no por el determinismo ciego que describen las ecuaciones de campo, sino por esa reverberación del alma que por entendernos llamamos melancolía. Pero eso ya es otra historia.

domingo, 5 de julio de 2009

IGNACIO GONZÁLEZ DEL REY. VOCACIÓN DEL DÍA QUE COMIENZA


PRESENTACIÓN

Vocación del día que comienza,
de Ignacio González del Rey.
Prólogo de Aurelio Desdentado. Editorial Reus.
Disponible en las principales librerías del mundo.
Imprescindible.

La nostalgia del mar está compuesta
de otro tiempo de mar
de su presencia.

¿Qué es más bella
la mar
o su nostalgia?