ÉXODO
La niebla de noviembre
es un mar en el valle
y en tu corazón avanzan
los pasos de la ausencia.
Llevas el saco a rastras, peregrino.
Los campos ya perdieron
los nombres que tenían
y olvido es la palabra de esta tierra,
donde el tiempo esparció
los restos de la hoguera.
Llevas el saco a rastras,
y perdidos los panes uno a uno
y en el hombro colgada la tristeza,
al tiempo que las hojas del otoño
resbalan en silencio
por la ladera espesa de la bruma.
Silencio es ahora el nombre de esta tierra,
donde el graznar del cuervo
anuncia la mañana.
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De
Noche,
2005.
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