El ganador comenta encendido la carrera por la banda que le llevo a decidir el encuentro. Esquivando gafas de pasta, uno; versolibristas, dos; surrealistas, tres. Solo ante el portero... Y claro. Gol. Emocionante y denso partido... Sponsor incluido.
«¡Cómo me hubiese gustado jugar tan bien como tú!», piensa el zamorano con un dejo de envidia…
Lo que pasa es que hay jugadores que ante su evidente falta de ocasiones, se dedican a sabotear las habilidades del contrario (asiente el letrado).
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